100 maneras para relajarte cuando no puedes más con la vida (Parte 2)
Seguimos porque cuidarse es urgente.
Toc, toc, empiezo a escribir esta newsletter un lunes, pero dudo que cuando lleguemos al domingo el estado de la nación humana haya mejorado mucho (ojalá). Yo habré tenido mi sesión con mi psiquiatra y le habré contado que me da ansiedad el fin del mundo. Así soy, qué le vamos a hacer. Os prometo que seguiré pensando que la vida es un privilegio e intentaré vivirla de la mejor manera posible y para eso necesitamos: relajarnos, descansar, cuidarnos y sentirnos bien. Seguimos con las 100 maneras de encontrar la paz cuando parece que ya no puedes más con la vida. Si no sabes de qué te estoy hablando tienes la primera parte de esta publicación AQUÍ.
Estirar: Parece que no, pero estirando consigues relajarte un montón. Te ayuda a calmarte antes de irte a la cama y a activarte si estiras cuando te levantes por la mañana.
Lavarse la cara: En serio la doble limpieza puede ser un ritual muy placentero. Primero el aceite que disuelve todo el maquillaje y luego un gel gustosito antes de irte a dormir. O una espuma cremosa al despertarte que puedes aclarar con agua fresquita para empezar el día como nueva.
Dar un paseo en bici: Si vives cerca de la naturaleza, lo tienes fácil. Viento en la cara, el sonido de los árboles y del mar. Si vives en la ciudad, ni se te ocurra lanzarte en las calles, relájate pedaleando en un parque.
Leer: En realidad, este consejo debería estar el número uno en mi lista porque es lo que más me gusta hacer en el mundo. Meterme en la cama lo más pronto posible y leer, levantarme los fines de semana y leer, ir en avión y leer, la vida y leer.
Escribir una lista de cosas que te gustan: Sol Aguirre, que también tiene una newsletter, propuso hace tiempo un ejercicio que era escribir 1000 cosas que te gusten: tres al día durante un año. Puedes hacerlo así o escribir muchas de una sentada. Seguro que pensar en ellas te hace sentir MUCHO mejor.
Hacer punto o ganchillo: Hubo una época de mi vida en la que aprendí a hacer punto, solo hacía bufandas pero me relajaba infinito dar puntadas. Punto del derecho, punto del revés, punto del derecho, punto del revés…
Un baño relajante: Ya tardaba en salir este truco tan socorrido. Bañera con agua caliente, sales, bomba o espuma de baño, velas, música relajante. Ya sabes. Lo de comer y leer en la bañera no lo veo, pero oye para gustos los colores. Tú eliges tu ritual.
Una bebida caliente antes de dormir: Que no sea café con cafeína, por favor. Pero una infusión relajante, un chocolate caliente, una leche dorada…
Salir a pasear con tu perro: Pasear es relajante, por tanto, pasear con tu mejor amigo lo es aún más.
Hazte una mascarilla: Otra que nos encanta a las adictas al skincare. Una mascarilla, un break de 15 minutos en cualquier momento del día y con múltiples beneficios. Puedes escoger parches para los ojos, hidratarte, calmar tu piel, aplicar vitamina C para estar radiante. Si las mascarillas de tela te dan frío (a mí me pasa), existen las de crema de toda la vida.
Una manicura o pedicura: Seguimos con la sección beauty. Reserva tu hora en un salón y dedícate un par de horas. Mi sesión mensual de manicura es mi momento relax de dos horas en las que puedo estar sentada sin que nadie me reclame. Y luego tienes las manos (o los pies) preciosas.
Abrazos de más de 8 segundos: Mi amiga Mayra me suele saludar con abrazo largo, largo, y os prometo que es el cielo. Te relaja, produces oxitocina, te siente sostenida. Si son más de 8 segundos pues perfecto, pero tiene que ser un abrazo largo.
Respiraciones profundas: Este es uno de mis trucos más sencillos y efectivos. Cuando me pongo muy nerviosa, me obligo a parar y a realizar varias respiraciones profundas y os juro que funciona. Al calmar las sensaciones físicas, los pensamientos de ansiedad y los miedos también disminuyen.
Escuchar un podcast o un audiolibro: Y si puede ser no hagas nada más. A mí me recuerda a cuando mi yaya me contaba cuentos de pequeña. Lo único que tenía que hacer era escuchar e imaginar.
Planear un viaje: Ni siquiera hace falta que le pongas fecha. Piensa a dónde te gustaría viajar y móntate la ruta que seguirías, todo lo que quieres visitar, dónde comer. Quién sabe, a lo mejor es la motivación que necesitas para ponerlo en marcha. Los proyectos de ilusión nos dan ganas de vivir.
Conducir: Como decía el anuncio, ¿te gusta conducir? A mí me encanta si es por el campo o una carretera que pase por el bosque. También me relaja mucho conducir cuando llueve (lo sé, es un poco raro pero me gusta oír el sonido de las gotas y me relaja ver el limpiaparabrisas llevándose el agua).
Recitar afirmaciones positivas delante del espejo: Tengo un pack de 100 que te ayudarán a mejorar tu autoestima.
Visualizar: Existen un montón de visualizaciones guiadas que puedes encontrar en Youtube o Spotify según cual sea tu objetivo. El primero: relajarte.
Caminar descalza: Si tienes la oportunidad de andar descalza por el césped (de manera segura, of course), no lo dudes. De hecho, esta actividad tiene nombre, se llama Grounding y se trata de conectar con la Tierra. La idea detrás de esto es que nuestro planeta tiene una carga negativa de electrones, y al hacer contacto directo con el suelo, nuestro cuerpo absorbería estos electrones, lo que ayudaría a equilibrar nuestro sistema y reducir la inflamación y el estrés oxidativo. Sí, existe evidencia científica y muchos estudios sobre ello.
Escribir lo que te preocupa: Nada como una hoja en blanco para desahogarte y soltar lo que te preocupa, te angustia y lo que tienes dentro.
Hacer un Body Scan: Es decir escanea tu cuerpo meditando. Yo lo uso mucho en el momento del despegue cuando me toca ir en avión. El hecho de concentrarte en distintas partes de tu cuerpo es muy relajante y baja la actividad cerebral y los pensamientos de ansiedad.
Reservar un masaje: Resérvalo y acude a tu cita. Un masaje corporal o facial te hace olvidar el mundo. Si eres de mi equipo, incluso te echarás una siesta.
Jugar a un videojuego: Esta técnica se la robo a mi marido que cuando necesitar relajarse tiene un juego de fútbol americano en su móvil. A mí me relaja hacer Excels, clasificar datos y hacer listas de los libros que me quiero leer. ¿Y tú de qué bando eres?
Crear tableros de Pinterest: ¿Qué cosas te gustan? Pues piensa en ellas y crea tableros en Pinterest. Además de entretenerte y relajarte estarás creando unos Vision Board maravillosos para orientarte hacia tus sueños. Yo tengo tableros de los viajes que quiero hacer, cortes de pelo, iconos de la moda, gatos, tatuajes…
Escribir una carta tu “yo” de 16 años: Y cuéntale todas las cosas buenas que le van a pasar en el futuro.
Ponerte un lookazo que te encante: Encontrarnos a gusto con nuestra ropa y vernos bien es un primer paso para que el día (la semana y el mes) empiecen con buen pie.
Reorganizar tu armario: Saca toda la ropa y decide cuál te encanta y te pones mogollón y cuál vas a donar. Además, puedes aprovechar para montar looks y así ahorrar tiempo por las mañanas. Hay una app que incluso te ayuda a hacerlo, se llama Whering.
Leer poesía: Es preciosa y no necesitas tener mucho tiempo para leer. Federico García Lorca, Emily Dickinson, Rumi Kaur, Sylvia Plath…
Irse pronto a la cama: ¿Cómo de pronto? Creo que a partir de las 7 de la tarde es aceptable. Un día es un día. Además no hace falta que duermas: lee, mira un película o una serie…
Escribir una carta a tu “yo” del futuro: Ahora hacemos el ejercicio al revés. Escríbele a tu “yo” del futuro y cuéntale todo lo que quieres que ocurra y los planes que tienes.
Hacer una playlist con tus canciones favoritas: Y escúchalas. Te gustará hacerla porque recordarás momentos y emociones. Y aún más te gustará escucharla una y otra vez. La mía se llama Story of My Life.
Tu día ideal: Existe un ejercicio en coaching que se llama “Tu día ideal” en el que escribes cómo sería un día perfecto para ti. La imaginación es libre y no tiene límites. Además, te dará muchas pistas de los quieres en la vida.
Escribir una lista de tus logros: No hace falta que hayas ganado un premio de poesía o batido un récord en una carrera. Puedes apuntar logros que parecen “normales” pero no lo son, son pequeñas victorias que hay que celebrar y tener en cuenta: conseguir un trabajo, terminar un curso, un aumento de sueldo, comprarte una casa, mudarte, comprarte un coche, adoptar una mascota…
Ir a un spa: Puedes desplazarte a algún sitio y disfrutar de un día entero o pasar unas horas en un spa en la ciudad. Piscinas, chorros relajantes, agua caliente (o fría), masajes, saunas. What’s not to like?
Una cita con tu pareja: Si tienes hijas, te dará la vida (y es muy necesario buscar este espacio). Si no las tienes, hazlo igualmente especial, si lleváis mucho tiempo juntas será una buena manera de saltarse la rutina.
Ir a un museo: Puede ser de arte o de lo que te dé la gana. Existen museos de prácticamente cualquier cosa: de ciencias naturales, de arqueología, de historia, de cera, de moda…
Ver una TED Talk: Pocas cosas más inspiradoras que ver una TED Talk y recuperar la fe en la humanidad. Altamente recomendable y después de una, puedes ver otra.
Cocinar: Quien ama cocinar asegura que es de lo más relajante. No es mi caso, pero si es el tuyo hacer esa receta que siempre te queda genial será un subidón muy necesario.
Cerámica: ¿No te parece que todo el mundo que conoces se ha apuntado a una clase de cerámica? Pues por algo será. Tú, tus manos y la arcilla, solo eso. Ideal para fans de Ghost.
Aceite corporal: A falta de tiempo o ganas para un masaje de otra persona, hazte con un aceite corporal que te encante y póntelo después de la ducha para retener esa hidratación que tan bien deja la piel. Elígelo por aroma o por su brillo.
Un smoothie: O lo que es lo mismo, una bomba de vitaminas a la que puedes añadir tus ingredientes favoritos. Manteca de cacahuete, colágeno, frutos rojos…
Hacer un reto de 30 días de autocuidado: Sí, también tengo uno para ti.
Poner sábanas limpias en la cama: Haz bien la cama, con sábanas limpias y planchadas, puedes añadir un spray aromático e irte a la cama pronto. El cielo.
Ir al cine: Incluso sola. Ese momento de oscuridad y no tener nada más que hacer que ver una peli y comer palomitas, baja las revoluciones a cualquiera.
Crema en los pies: Sí, una masaje en los pies, esa parte de nuestro cuerpo que tenemos totalmente olvidada. Ponte una crema que te guste por textura y aroma y dale a tus pies todos los mimos que se merecen.
Comprarse algo: Aunque sea pequeño, ese algo que nunca te compras porque consideras que es un capricho innecesario. Lo será, pero te hará feliz.
Patinar: Sobre hielo (o sobre tierra). Puedes hacerlo todo el año y es un deporte que no requiere mucho esfuerzo (aunque sí equilibrio). Deslizarse por el hielo o por un parque es casi como volar.
Crea tu propio Kit de Autoestima: Te regalo el mío por si acaso.
Añadir libros a tu lista de lectura: Si te gusta leer, lo siguiente más gratificante a un libro es pensar en los libros que vas a leer en un futuro.
Ver vídeos de animales monos: A veces, relajarse es tan fácil como ver pandas o gatitos haciendo monerías.
¿Se te ocurre algo más?
Están geniales!!!!!! Hay un montón que practico , el aceite, patinar, escribir… las compartiré con Chloe
Me ha encantado todas las ideas, que no son pocas!! la que no habría pensado y eso que me encanta es la de crear tableros de pinterest, top!!🩷🩷