Autocuidado para madres a las que no les da la vida
No podemos permitirnos no cuidarnos.
Que nadie te haga sentir que te quejas sin razón. Cuidar es duro. Y no es solo cosa de madres. Cualquiera que haya cuidado de un familiar enfermo o incluso o un animal, confirmará que el cuidado es un acto de amor necesario pero agotador.
Y sí hablemos de las madres:
que cuidan a uno o más hijos.
que cuidan bebés que no hablan y por tanto tienes que jugar a adivinar qué necesitan.
que cuidan pequeñas personas que gran parte del tiempo NO quieren cooperar 😂.
Aunque cries a tu hijo en pareja con un reparto de tareas equitativo, es cansado. Y es que ese proverbio nigeriano que ha dado la vuelta al mundo tiene más razón que un santo: “Hace falta una aldea para criar un niño”.
La siguiente puede que sea una de las frases más manidas de la historia, pero amiga, es así: hay que cuidarse para poder cuidar. No cuidarte puede derivar en estar cansada, frustrada con tu rol como madre, perder la paciencia con tus hijos, sentirte culpable después… Si te cuidas estarás más tranquila y darás un mejor ejemplo a seguir a tus peques. El autocuidado es como dicen en los aviones: primero colócate tu máscara de oxígeno antes de ayudar a los demás.
Autocuidado para madres a las que no les da la vida
La rutina de mañana: Como te contaba en la última newsletter, una rutina de mañana nos da mucha paz para no tener que empezar el día con prisas.
El calendario de comidas: En casa tenemos un calendario de desayunos, almuerzos para el cole y meriendas. Los lunes toca esto, el martes lo otro. Todos los miembros están informados. También hacemos un menú mensual de comidas y cenas. Otro pequeño gesto que te traerá mucha paz.
El café con las madres: Si el tiempo de te lo permite, un café con alguna madre amiga del cole antes de empezar el día puede marcar la diferencia. Tengo la suerte de tenerte a una de mis mejores amigas en el cole, a veces son cafés muy cortos pero nuestros abrazos y 15 minutos de charla nos arreglan muchos días.
Una cita al mes: Mi marido y yo tenemos una cita al mes solos (sin niños ni otros amigos). El tener horas para hablar (no de logística familiar) nos sienta de maravilla y nos da nuestro espacio.
Cierre del servicio de madre: No sé vuestros hijos pero los míos es meterse en la cama y empezar a pedir y a preguntar. Así que hay un momento en que aviso que cierra el “servicio de peticiones y preguntas”. Es verdad, que mis peques tienen 4 y 8 años y entienden que, en caso de que me necesiten estaré ahí, pero que ya stop a pedir 5 vasos de agua o preguntarme qué día nació el quarterback de los Vikings a esas horas de la noche (basado en hechos reales).
Tribus de madres: De la misma manera que, para mí, las amigas son la mejor terapia. Creo que es indispensable tener una tribu de madres, volviendo al proverbio africano. No hace falta que te hagas amiga del alma de todas las madres del colegio, pero te dará la vida tener un círculo cercano para apoyaros, desahogaros y a quien puedas pedir que se queden con tu hijo en caso de emergencia.
Encerrarse en el baño: En serio, pon un pestillo en tu baño. Es cierto que funciona cuando los niños ya son un poco más mayores y no es un peligro dejarlos solos. Pero un “voy al baño a tiempo” te puede dar ese respiro que necesitas: estar sola, que no te toquen, un poco de silencio, contestar un mensaje en paz, cerrar los ojos y respirar.
Quitarse el mail del móvil: ¿Hemos sido engañadas? No lo sé y no voy a entrar en este debate ahora. Lo que esta claro es que hoy en día las mujeres lo hacemos todo: trabajar, criar, socializar. Por tanto, intenta estar en un sitio a la vez. Una de las cosas que más paz mental me ha dado ha sido quitarme el mail del trabajo del móvil. Porque cuando no estoy trabajando, no necesito estar disponible. A menos que seas médico de guardia, puedes desconectar.
Terapia de amigas: Compartir experiencias, quejarte de lo que te pone nerviosa, llorar o reír, abrazarte, preguntar que les funciona a ellas, hablar de maternidad o ni acercarse al tema. Tener un círculo de amigas (y no hace falta que sea enorme), es un pilar básico de la felicidad. Las amigas son terapia de la buena.
Serie de confort: Habrás leído en mil y un lugares que medites, pero hay veces que lo único que quieres es descansar la cabeza, ver algo que te haga sentir bien y, oye, a poder ser, que te rías un rato. La serie a la que vuelvo siempre es Friends, pero hay mil: Modern Family, Big Bang Theory, The Office, New Girl, El príncipe de Bel-Air…
Respira: Que parece obvio pero no lo es. Respirar es un arma mucho más poderosa de lo que parece. Cuando vas a pegar un grito, cuando sientes que no puedes más, parar y respirar te puede salvar de entrar en un bucle de desesperación. Puedes hacerlo en cualquier lugar, incluso con tus hijos cerca o de la mano si estás fuera de casa. Además, es algo que puedes practicar con ellos y que resulte beneficioso para todos.
Media hora para ti: Por ejemplo, la media hora de antes de dormir. Yo leo y es mi momento de no hablar con nadie y hacer solo lo que yo quiera. Puede ser salir a correr, ver una serie, ponerte los auriculares y escuchar un podcast, cocinar, tu rutina de skincare. Algo SOLO para ti, sin tener que atender a nadie más.
Una ducha en silencio: Te has metido en la ducha miles de veces en tu vida y hasta ser madre jamás habías apreciado tanto este momento. Poder ducharte en silencio y sin prisas se convierte un placer inigualable. Aprovecha los días de teletrabajo, mientras tus hijos estén en el cole, cuando esté tu pareja/madre/hermana en casa con ellos…
Cuando tienes muy poco tiempo
Vale, te estoy oyendo: “que soy madre, que no tengo tiempo”. Y lo sé, hay días que REAL no puedes con tu vida y te meterías en la cama a las 19h. He estado ahí. Si todo lo demás falla: autocuidado exprés.
Una taza de café o té en soledad y silencio
Escuchar tu canción favorita
Leer unas cuantas páginas
Encender una vela perfumada
Sonreír
Cambiar las sábanas
Un abrazo de 10 segundos
Una mascarilla
Comprarte flores
Pintarte los labios
Ponerte un outfit que te encante
Recuerda no eres egoísta por cuidarte, no deberías sentirte culpable por reservar tiempo para ti. Además de madre eres una persona individual y necesitas cargar la batería igual que se la cargas al móvil todos los días.