Estamos en lo más crudo del invierno y, a juzgar por las conversaciones con mis amigas, todas querríamos estar hibernando (teletrabajando o directamente leyendo bajo una manta o durmiendo en horario de gato). Nos sentimos con menos energías y con el ánimo más bajo. Sé que no me lo has pedido, pero te voy a escribir una newsletter con consejos para estar más feliz y satisfecha: estrategias para cuidarte mejor y sentir más alegría, gratitud y satisfacción cada día (o la mayor parte del tiempo).
* Atención: Esta newsletter no pretende dar consejo médico para ayudar a personas diagnosticadas con un trastorno mental.
“Me siento deprimida y triste con la vida”.
“La vida no tiene sentido, ¿para qué hago las cosas?, no avanzo”.
“La vida es dura y no me da ni un respiro”.
“Necesito unas vacaciones de mi propia vida”.
Si estas frases salen de tu boca a menudo, esta newsletter definitivamente te ayudará a sentirte mejor y más feliz. Algunos de estos tips están avalados científicamente y otros son cosas que me han funcionado a mí personalmente. Son ejemplo prácticos, no solo te voy a decir que sonrías y pienses en tu lugar feliz (aunque eso siempre va bien).
¿Sabías que es más fácil sentirte mal que bien?
Agárrate, es nuestro estado natural ya que estamos biológicamente programadas para ponernos en lo peor (gracias, instinto de supervivencia). Además, bueno, la vida es bonita pero llena de retos y obstáculos. Acuérdate, hay que sentir todos los sentimientos, también los que no nos gustan. Hay que validar y aceptar esas emociones antes de trabajar hacia estar mejor y más felices.
Siempre te puedes sentir mejor, hace falta ser constante, pero no es algo difícil de hacer: hay pequeños gestos que no requieren mucho tiempo, ni esfuerzo ni dinero.
Por qué no podemos ser felices TODO el tiempo
La felicidad no debería ser un objetivo ya que no podemos estar felices todo el rato.
No habrá un día en el que NO tengas problemas. JAMÁS.
Según la teoría del bienestar psicológico de Carol Ryff hay 6 aspectos que nos ayudan a alcanzar cierta felicidad: autoaceptación, relaciones positivas con las demás, autonomía, propósito en la vida, crecimiento personal y control ambiental.
Tenemos que superar retos, eso nos hace crecer, da sentido a la vida y eso nos gusta, ¿verdad? Siempre habrá problemas y retos que te harán sentir mal, por eso nunca estarás feliz todo el rato.
Podemos sentirnos satisfechas, podemos sentir bienestar general y tener momentos de intensa felicidad.
Y así serás más feliz
Y de la teoría pasamos a la práctica (que yo uso) para ser positiva, alegre, disfrutar del presente y tener esperanza en el futuro.
Luz del sol y naturaleza
Amiga, somos naturaleza y en ella nos sentimos en calma (ya seas de mar o de montaña). La naturaleza no juzga y nos asegura que aunque tengamos el peor de los problemas, el sol saldrá mañana y el cielo y los árboles seguirán ahí. Eso lo pone todo en perspectiva, ¿verdad?
El sol además sube el ánimo y nos ayuda a sintetizar la vitamina D cuyo déficit parece estar relacionado con cansancio y un sistema autoinmune débil. Así que sí, hay que salir al sol (con la protección solar adecuada).
Darte un paseo corto o largo.
Sentarte fuera a leer.
Sacar la cabeza por la ventana 10 minutos por la mañana (y así, de paso, sincronizas los ritmos circadianos).
Dormir
Dormir suficiente y bien es esencial para sobrevivir, literalmente, pero también para estar de buen humor y tener energía.
La corteza prefrontal del cerebro es el responsable de aprender y resolver problemas.
El cerebro reptiliano y la amígdala (que están en la corteza prefrontal) afectan a la memoria, el miedo y la ansiedad están más activos si dormimos poco.
Por tanto, estaremos más irritables y tendremos más olvidos si vivimos con sueño. Todo da más miedo y se nos hace cuesta arriba.
Filtrar redes sociales, noticias y televisión
Lo tenemos claro: demasiado tiempo en redes sociales nos atonta el cerebro y ya te conté que te jode la autoestima, pero ojo también a los otros medios de comunicación.
Vivimos en la era del clickbait y la economía de la atención. El miedo, la devastación, la violencia y la negatividad son un constante en las noticias. También en otro tipo de medios puedes encontrar programas o textos que te provoquen ansiedad, tristeza, rabia… Hay que consumir con responsabilidad y conociendo cuál es nuestro límite.
Yo casi no veo noticias, como me dijo mi psicóloga, si hay algo realmente importante te enterarás.
Y aunque decidas estar más informada, tienes permiso para desconectar de vez en cuando.
Hobbies, un proyecto personal, voluntariado
Este es el punto que marca la diferencia: necesitas algo más en tu vida que trabajo (o tu carrera).
Un proyecto de ilusión puede ser cualquier cosa: preparar un viaje, vender manualidades, aprender algo, tener una cuenta de divulgación en redes… y añadirá sentido y energía a tu vida.
Participar en voluntariado no solo ayudará a otras personas sino que pone tu vida en perspectiva y te hace ver el impacto de tus acciones.
Por ejemplo, yo tengo la newsletter, la cuenta de Insta, aprender coaching y leer. Además de educar a mis hijos, mi misión más importante.
Métodos de desahogo
Recibimos muchos estímulos a lo largo del día, ¿pero cómo los procesamos? ¿Cómo procesamos lo que vivimos y sentimos?
Journaling.
Canalizar nuestras emociones en arte.
Hablar con alguien.
Grabar audios para ti misma (más rápido que escribir).
Comer bien
Que somos lo que comemos, una vez más. Nuestras decisiones alimenticias son importantes para nuestro bienestar físico y mental.
La comida es medicina y la microbiota intestinal es más importante de lo que sabemos. Puede afectar a la piel, al estado de ánimo… El ejercicio estimula la producción de serotonina, pero esta hormona se origina en un 95% en el intestino.
Así que alimenta a tus microbios con:
Comidas no procesadas.
Alimentos fermentados: yogur, kéfir, miso, kimchi, masa madre, kombucha…
Alimentos antiinflamatorios: frutas y verduras, pescado azul, frutos secos y semillas, té verde…
Por supuesto, hay mucho más que afecta a nuestra felicidad, autoestima y autocuidado. Por eso, esta newsletter seguirá existiendo. Ahora prueba estos básicos y cuéntame. Intenta ponerlos en práctica como mínimo durante una semana (y mantenerlas en el tiempo para no caer en los viejos hábitos) y te aseguro que notarás una diferencia en tu día a día.
Siempre hablo del poder de la constancia y resulta que la segunda ley de la termodinámica (la ley de la entropía) me da la razón: los sistemas siempre tenderán al desorden a lo largo de tiempo a menos que algún tipo de energía exterior lo evite. Así que sí, hay que invertir energía en tu autocuidado todo el rato.