Dijo Gil Scott-Heron, poeta del jazz e influencia del hip-hop, que la revolución no sería televisada. Y no puedo estar más de acuerdo. En una época como la nuestra en que lo que no se muestra PARECE que no existe, los actos subversivos se llevan a cabo en la cotidianidad: quererse a una misma, cuidar, pensar en los demás, y sí también comer sin culpa.
Que levante la mano la que NO ha dicho nunca al hablar de comida:
Hoy voy a “pecar” pero mañana compenso en el gimnasio.
Uff, no debería, que en pocas semanas hay que ponerse el bikini.
Qué guapa está Ana, ha adelgazado un montón.
Es que esa ropa solo queda bien si tienes una talla S.
Y es que además, las que crecimos en los 90 vivíamos pensando que Kate Winslet en Titanic estaba gorda (spoiler: no) y éramos visualmente bombardeadas con mensajes como estos:

Como para no comer sin culpa. Intentamos ser buenas con los productos light, dejando el azúcar, quitando los carbohidratos y siendo mega healthy a base kale, cúrcuma y batidos verdes. Y lo único que conseguimos es volvernos locas, estresarnos, castigarnos, no vernos bien y pasar hambre. ¿Perder peso? Puede que temporalmente, pero ¿a qué precio?
Tener hambre es NORMAL
A ver, empecemos por el principio: tener hambre es una señal de nuestro cuerpo como cuando tenemos sueño o nos hacemos pis. ¿Te imaginas que cuando tienes que ir al baño te dijeran que no hagas caso? ¿Que intentes distraerte y mastiques chicle? Lo que pasaría es que te harías pis encima. Con la comida el efecto no es tan inmediato, pero acabas o comiendo más de lo que querías o desarrollando un trastorno de la conducta alimenticia.
El sueño es una señal de que tu cuerpo necesita dormir, la sed una señal de que tu cuerpo necesita beber y el hambre una señal de que tu cuerpo necesita comer. Punto.
¿Y si solo quiero comer galletas?
Lo más posible es que estés comiendo por otras razones que no son hambre y, por tanto, tendrás que trabajar ese aspecto de tu vida. No en NO tener hambre.
Comer sin culpa
¿Le negarías las mismas comidas que te niegas a ti misma a tus hijas o a tu mejor amiga? Pasé años de restricciones hasta que perdí mi segundo embarazo y, por mucho que me dijeran que no era mi culpa, yo sabía que no estaba cuidando a mi cuerpo como se merecía y algo en mi cabeza hizo, por fin, click. A veces es mucho más fácil hacer las cosas por los demás que por nosotras mismas, pero amiga, TE MERECES COMER. En un mundo que quiere controlar hasta lo que ingerimos, comer sin culpa es un acto radical de amor propio.
Cuando te preparas un desayuno o una comida nutritiva y que te apetece comerte te estás diciendo (y demostrando) a ti misma que te mereces cuidar de ti. Estar bien alimentada es vital para todas las actividades de la vida, sí, también las que te hacen feliz. Además, te estarás demostrando amor a la vez que curas, refuerzas y empoderas a tu cuerpo para afrontar lo que venga.
Cuídate y trátate bien también cuando comes:
Come sentada en la mesa bien puesta (no comas de pie en la encimera de la cocina)
Cocina para ti, no vale comerse las sobras de tus hijas. (No vale aceptar las sobras de nadie, como consejo para todo en la vida).
Come bien durante el día para no llegar a casa muerta de hambre por la noche y arrasar con la nevera.
Ponte platos bonitos, cubiertos que te gusten, vasos de cristal.
Enciende una vela a la hora de las comidas.
Haz una pausa de una día apresurado.
Saborea y mastica tu comida.
Te mereces dedicarte el tiempo de hacerte y disfrutar la comida.
Y sí cómete la galleta, la manzana, el trozo de chocolate… lo que te apetezca.
El mensaje que quieres darte con palabras y acciones es:
Merezco prepararme una buena comida.
Soy importante y cocino para mí (no me alimento de las sobras de nadie).
Merezco alimentarme y tener cuidado de mí todo el día.
Contar calorías, hidratos, macros…
Es muy complicado tener una relación sana con la comida cuanto estamos siendo continuamente bombardeadas por mensajes contradictorios y dañinos: no hay que comer ciertos alimentos, no hay que comer demasiado… Cuando tu cuerpo te pida comida, dásela con cariño, cuidándole. Deja de contar calorías, deja de ponerte normas y escucha a tu cuerpo. Sí, habrá días que te apetecerá comerte un jabalí (a mí me pasa cuando estoy ovulando) o mucho dulce (esto es cuando tengo la regla). Pero lo importante es lo que haces la mayoría del tiempo.
Si sientes que tienes una mala relación con la comida, aunque no tenga un nombre tipificado, busca ayuda, existen mucho profesionales que pueden ayudarte para que algo que deberías hacer varias veces al día, como es comer, no se convierta en un infierno. Querida, tu próxima oportunidad de darte amor está tan cerca como la siguiente comida.
Profesionales que recomiendo
ATRACONES
Osiris Martínez @comosoy_tca - Psiconutrición y Terapia Atracón y TCA.
Victoria Lozada @nutritionisthenewblack - Romper el ciclo de restricción/atracón.
TCA
Laura Villanueva @nutrirsindramas - Centro de Nutrición y Psicología TCA.
Juana Fernández @nutricional_mente - Psicóloga y Nutricionista, Psiconutrición y TCA.
NUTRICIÓN LIBRE DE DIETAS
Esto es Nutrición @estoesnutricion.
Julia @nutrirayes - Nutricionista Anti-Dieta.
Me ha gustado mucho lo de "no comerte las sobras" . Verdad verdadera. Conocer o entender de dónde vienen esas necesidades y en qué momento del ciclo te encuentras ayuda, a tener mejor relación con la comida y a no sentirte culpable por el capricho que necesitabas darte. Justo hoy he escrito sobre ello ☺️👍🏻👍🏻
Sí, sí, lo de las sobras me ha impactado porque me he visto en la cocina comiéndome de pie las sobras de algunos de mis hijos mientras hacía otra cosa. Hay días entre semana que incluso como de pie en la cocina con el portátil mientras hago otra cosa más...y tienes toda la razón. Estar en el momento presente, la atención plena, me ayudaría bastante en la comida por no comer mal y rápido y de más, incluso. Merci!